Sabores de temporada: ¿Qué comer en Mallorca este otoño?

El otoño ha llegado a Mallorca, y la verdad… ¡es la mejor época para comer en la isla! El aire se enfría lo justo para disfrutar de largos paseos, la luz se vuelve dorada y todo el ritmo de la isla se hace más lento y acogedor. Una nueva estación también trae nuevos sabores. Piensa en cítricos, especias cálidas y platos locales que te dan esa sensación de otoño, cómoda y hogareña. Si estás en Mallorca este otoño y te preguntas qué se come, ¡estás de suerte! La temporada trata de ingredientes locales, comidas reconfortantes y sabores que se sienten como un abrazo. ¡Vamos a ver qué hay en el menú!

El otoño en Mallorca va de comida casera con un toque local. Piensa en verduras asadas, guisos calientes o una buena sopa consistente. Es la temporada de la cosecha, la tradición y de comidas que reúnen a la gente. Ya sea que estés aquí un fin de semana o un semestre, esta es tu guía rápida para comer bien mientras la isla se vuelve más acogedora.

• Setas: Aparecen después de las lluvias en la Sierra de Tramuntana y son un verdadero manjar. Se cocinan a la plancha, en guisos o simplemente fritas con ajo y aceite de oliva.
• Castañas: Un clásico del otoño. Caminando por Palma las olerás asándose en las esquinas. También se usan en postres y sopas.
• Calabaza: No solo para decoración. Los locales hacen sopa de calabaza, pasteles y la mermelada dulce conocida como cabell d’àngel.
• Aceite de oliva fresco: El otoño es temporada de cosecha de aceitunas, y el aceite nuevo tiene un sabor brillante y picante. Ponerlo sobre pan rústico con un poco de sal marina puede ser uno de los mejores bocados de la isla.

El primer lugar donde realmente notas el cambio de estación es en el mercado. Todavía recuerdo caminar por el mercado de Santa Maria un domingo por la mañana a principios de octubre. En lugar de sandías y melocotones, me recibió el aroma terroso de las setas, cestas de castañas y enormes calabazas naranjas apiladas hasta arriba. Los puestos parecían como si el otoño se hubiera derramado sobre las mesas.

¿La mejor parte? Cada mercado tiene su propia personalidad, así que vale la pena explorar más de uno.

El Mercat de l’Olivar en Palma es donde ves la abundancia de la isla en todo su esplendor: puestos dedicados a las setas de temporada (esclata-sangs), aceitunas frescas e incluso las primeras botellas del nuevo aceite de oliva picante. Para cualquiera que se quede en la ciudad o cerca de ella, este es el lugar perfecto para saborear los productos otoñales sin salir de Palma.

Si quieres algo más auténtico y menos pulido, el mercado dominical en Santa Maria del Camí es el lugar al que ir. Es uno de los mercados al aire libre más grandes de la isla, y en otoño se siente más como una reunión de agricultores y amantes de la comida que como una atracción turística. El ambiente es terroso, caótico en el mejor sentido, y muy real.

Más hacia el interior, el mercado semanal de Sineu (todos los miércoles) realmente merece la pena en otoño. Sineu tiene una larga historia agrícola, y todavía se nota en los puestos que venden animales vivos, herramientas de campo y quesos caseros. En los meses más frescos, la parte de la comida se vuelve más interesante: encontrarás panes consistentes para sopes mallorquines, verduras para guisos rústicos y vinos de Binissalem, perfectos para maridar con platos otoñales.

Y luego están los verdaderos tesoros locales, como el mercado de Inca los jueves, que explota en tamaño y energía durante el Dijous Bo de noviembre. En otoño, incluso en un jueves normal, encontrarás filas de puestos que venden sobrasada, miel y almendras recolectadas hace solo unas semanas. Durante la gran feria se transforma en un festival por sí mismo, pero incluso fuera de esa semana, Inca merece una visita por sus productos de temporada.

Así que, ya sea que te quedes en Palma o explores los pueblos, ¡deja un espacio en tu viaje de otoño para los mercados!

Cuando caminas por los mercados otoñales de Mallorca, los ingredientes que ves en los puestos, setas, calabazas, castañas, son exactamente los que acaban en los platos más tradicionales de la isla. Un cuenco humeante de sopes mallorquines o un plato rústico de frito mallorquín se siente aún más auténtico cuando sabes que las verduras vienen directamente del mercado esa misma mañana.

Empecemos con los sopes mallorquines. Es una sopa rústica donde las rebanadas finas de pan absorben un caldo lleno de las verduras que estén de temporada: col, coliflor, alcachofas, habas. Esas montañas de verduras que ves en el mercado de Santa Maria acaban en la olla de alguien como sopes. No es un plato elegante, pero llena, es saludable y te calienta después de pasar la tarde paseando por una feria. Los locales suelen comerlo como cena entre semana, pero en otoño sabe diferente.

Después tenemos el arròs brut. Literalmente significa “arroz sucio”, pero que no te engañe el nombre. Piénsalo como una versión caótica de la paella. Es un arroz caldoso, cargado de trozos de carne (conejo, cerdo, a veces pollo), verduras de temporada y un montón de especias – canela, clavo, nuez moscada. El caldo es oscuro y rico, por eso parece “sucio”. En otoño a la gente le encanta añadir setas, especialmente esclata-sangs recogidas en la Tramuntana. Es el tipo de plato que ves burbujeando en enormes cazuelas en el Dijous Bo en Inca, el vapor mezclados con el olor de carne asada y almendras tostadas. Si la comida del verano es ligera y fresca, esta es profunda, reconfortante y hecha para noches frías.

Después tenemos los escaldums. Este es un verdadero clásico de la comida casera. Es un guiso lento, normalmente hecho con pollo o pavo, espesado con almendras y patatas hasta volverse lleno de sabor y cremoso. Sí, es pesado, pero en el mejor sentido posible. Incluso puedes notar el aceite de oliva fresco en la salsa, especialmente en noviembre cuando todos hablan de la nueva cosecha en Caimari.

No te voy a mentir, no es el plato más bonito. Pero confía en mí, está riquísimo. El frito mallorquín es básicamente un salteado rústico de cerdo, hígado, patatas, cebollas y pimientos. Está conectado con las matances, la matanza tradicional del cerdo que ocurre en otoño, por lo que es un plato realmente de temporada. En los mercados o ferias, a menudo encuentras grandes bandejas de frito humeante servido en platos de papel. Es sabroso, consistente e intenso, justo lo que necesitas después de caminar todo el día.

Octubre es cuando la isla realmente empieza a celebrar la cosecha, y casi cada pueblo encuentra una excusa para organizar una feria. Las calles se llenan de puestos, la música suena en las plazas y todos esos ingredientes otoñales de los mercados aparecen de repente como platos humeantes, dulces o tarros de algo delicioso para llevar a casa. Si estás aquí a principios de octubre, tienes suerte, algunos de los mejores eventos de otoño están ocurriendo justo ahora o a la vuelta de la esquina.

Además de los deliciosos productos locales y platos de temporada que enriquecen Mallorca, hay muchísimas actividades y tradiciones divertidas para visitar durante el otoño. ¡Vamos a hablar de algunas!

Este fin de semana toca la Fira d’Octubre en Campos (16-17 octubre 2025), una de las ferias otoñales más auténticas de Mallorca. Todo el pueblo se llena de puestos de mercado, creaciones locales y los irresistibles olores de la gastronomía local. Desde sobrasada y quesos hasta tarros de miel y botellas de aceite de oliva dorado, es el tipo de feria en la que siempre acabas llevándote más cosas ricas de las que pensabas. Lo especial es cómo combina tradición con celebración. Durante el día, paseas por calles llenas de productos locales, artesanía y muestras de cómo la gente solía vivir y trabajar en la isla. Por la noche, el ambiente cambia al Firó nocturn –una feria nocturna con música en vivo, puestos iluminados y un ambiente donde todos disfrutan con un dulce en una mano y una bebida en la otra. Es un festival que captura la esencia de la estación: sabores de cosecha, espíritu comunitario y ese calor mallorquín inconfundible.

Otro punto fuerte es la Fira del Pebre Bord en Felanitx (19 octubre 2025). Dedicada al pimiento rojo que da a la sobrasada su color y sabor famosos. Esta feria es uno de los eventos más “sabrosos” de la temporada. Aquí no solo ves los pimientos colgados en largas cadenas para secar, también los pruebas en platos como el frito mallorquín o untados en pan caliente con sobrasada. Es un recordatorio de cómo un solo ingrediente puede definir gran parte de la cocina mallorquina.

A medida que el otoño continúa, también encontrarás ferias más pequeñas pero igual de auténticas como la Feria de Otoño en Consell (19 octubre 2025). Estos eventos suelen reunir productores locales de vino, puestos que venden frutos secos y aceitunas, y mucha artesanía. Son menos abrumadoras que las grandes, pero perfectas si quieres probar la tradición sin las multitudes.

Pero el gigante absoluto de la temporada es el Dijous Bo en Inca (13 noviembre 2025). Ese día, Inca se convierte en un mar de gente, con cientos de puestos que ofrecen desde setas frescas y almendras hasta vino nuevo y licores caseros. La parte gastronómica es increíble: enormes cazuelas de arròs brut, bandejas de frito mallorquín, bunyols fritos en el momento y montones de castañas asadas. También hay música, desfiles, exposiciones de ganado y mercados artesanales, pero para mí, la comida es lo que se lleva todo el protagonismo. Es básicamente la gran celebración de la cosecha de Mallorca envuelta en una fiesta callejera gigante.

Otra forma divertida es unirte a un tour de Food Tours Balearics. Visitas cuatro restaurantes, cada uno con un plato y ambiente diferente. Desde lo histórico en el casco antiguo de Palma hasta lo moderno en Santa Catalina. Todo acompañado de platos de temporada, vinos locales y paseos entre paradas. ¡Una noche de otoño perfecta!

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Con el otoño empezando, es hora de descubrir el lado más tranquilo y sabroso de la isla. Ya sea en una feria, en un tour gastronómico o probando un plato nuevo, merece totalmente la pena venir a saborear Mallorca esta temporada.